Doug Falter, un surfista y fotógrafo norteamericano de 35 años, perdió en 2018 su tabla de surf mientras se deslizaba por las enormes olas de la bahía de Waimea, en Hawaii. Dos años después, la tabla fue encontrada cerca de la remota isla de Sarangi, al sur de Filipinas, a más de ocho mil kilómetros de distancia de donde su dueño la vio por última vez.
La tabla flotó a la deriva a través del oceáno Pacífico y fue hallada por los pescadores de la isla en agosto 2018, unos meses después de que Falter la perdiera de vista. Arrumbada en el olvido, hace un par de meses un pescador finalmente le vendió la tabla a Giovanne Branzuela, un maestro de una isla vecina. "La compré por 40 dólares", le contó Branzuela al sitio Vice.
Contento con su adquisición, el nuevo dueño buscó el nombre que estaba impreso en la tabla Lyle Carlson, un conocido diseñador del universo del surf, y se contactó con él por Facebook para contarle la historia. Carlson confirmó que se trataba de una de sus creaciones y le avisó a Falter que había encontrado su tabla en Filipinas a través de una foto que publicó en Instagram.
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"Cuando vi la foto, no lo podía creer, pensé que era una broma. Estaba seguro de que nunca volvería a ver a mi querida tabla", dijo Falter a través de un Zoom a AFP. "La quiero recuperar porque significa mucho para mí: con ella me enfrenté con éxito a grandes olas" |
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En contacto con Falter, Branzuela le ofreció devolvérsela y le prometió que la cuidaría bien hasta que fuera a buscarla. El deseo de Falter es viajar a Filipinas para reencontrarse con ella: su idea es hacerlo en cuanto se levanten las restricciones por el coronavirus. El surfista quiere llevarle a su nuevo amigo una tabla para principiantes a cambio de la suya y enseñarle los movimientos para atrapar grandes olas: "Creo que sería un gran final", le aseguró Falter a AFP.
Fuente La Nación