Cuando el COI incluyó el skateboarding en el programa lo hizo pensando en atraer al público más joven hacia la familia olímpica. Lo que no podía imaginar es que los podios los coparan los críos. La final femenina fue dominada por tres jovenes cuyas edades suman 42 años: la japonesa Momiji Nishiya, de 13; la brasileña, Rayssa Leal, de la misma edad; y la también anfitriona Funa Nakayama, de 16. Podía haber sido la entrega de premios en un recreo, pero sucedió en los Juegos, que vio el podio más joven de su historia. Los tiempos, incluidos los olímpicos, cambian.
Nishiya se llevó el oro con una puntuación de 15,26, mientras que Leal se quedó en 14,64 después de cometer un error en el último de sus movimientos. Nakayama, que era la última en participar, pudo arrebatar el oro a su compatriota, pero también falló y acabó con 14,49 para llevarse la medalla de bronce.
En cuarto lugar acabó la estadounidense Alexis Sablone, de 34 años, parecía veteranísima al lado de sus rivales. Por edad, bien podría haber sido la madre de alguna de ellas.
La gesta de Nishiya, que nació el 30 de agosto de 2007, es asombrosa. Quedará como la primera medallista de oro de los Juegos en skateboard, pero no como la campeona más joven de la historia. Ese honor lo conserva la estadounidense Marjorie Gestring, que triunfó en salto de trampolín de tres metros en los Juegos de Berlín de 136 con 13 años y 268 días.