17-12-2022 10:21 hs.

¿Qué sucede con los plásticos cuando van al océano?

Las consecuencias de una problemática a nivel mundial.

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Desde que el uso del plástico comenzó a producirse en masividad, nuestros océanos se fueron contaminando hasta llegar a tener toneladas. 

Si bien el plástico no es una creación tan actual, el auge de su uso sí lo es. Se remonta a mediados y fines del siglo XX en los Estados Unidos y, con el tiempo, se fue expandiendo por el resto del mundo. Sin embargo, ¿quién iba a imaginarse que la proliferación de su uso iba a traernos hoy grandes consecuencias de esta magnitud en el océano?

Quizás una de las primeras preguntas que surjan sea: habiendo recolección de residuos, cómo es posible que haya tanto plástico en el agua. La respuesta es que este material, tan liviano en ocasiones, puede llegar de forma directa, pero también de forma indirecta.

Según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, la lluvia, el viento, los ríos o desagües también hacen posible que el plástico ingrese al mar. Cuando se encuentra aquí, donde no debiera estar, su presencia comienza a hacer estragos y es imposible frenarlo. 

Principales consecuencias:

Los principales daños se pueden ver en la fauna marina y en las aves que lo frecuentan. Las lesiones pueden ser leves, como un enredo, o incluso pueden causarles la muerte por asfixia.

Además, los animales que ingieren este material quedan con la sensación de saciedad cuando, en realidad, no es así. Como consecuencia, su tracto digestivo se obstruye o mueren porque no se alimentaron correctamente.

Según un estudio realizado por la Universidad de Hawái, los plásticos expuestos a la radiación solar ambiental liberan gas metano y etileno. Estos gases en el agua hacen que la movilidad de los animales disminuya y les dificulte alcanzar su alimento en las profundidades.

Lamentablemente, estas son algunas de las terribles consecuencias que conocemos hoy. Al ser un material cuyo uso es bastante reciente, todavía no hay estudios que nos ayuden realmente a dar cuenta de lo que podría suceder con certeza en los próximos años. Lo que sí se sabe es que es uno de los materiales que más tiempo necesita para descomponerse, empleando entre 100 y 1.000 años de degradación.

¿Qué podemos hacer para cambiarlo?

La ONU, en su programa para el medioambiente, nos propone varias alternativas que cada vez son más populares:

La primera de ellas es optar por alternativas reutilizables: cargar con nuestras propias bolsas, vasos y contenedores evita la producción y es más rentable.

La segunda es la formulación de políticas, que se adapten a cada sociedad, para la prohibición del plástico de un solo uso. En este caso, conocer la producción, reutilización y la infraestructura local nos permitirá tomar medidas más concretas y con mejores resultados.

 

Como conclusión, si bien es importante que seamos conscientes de los daños que ahora mismo están ocurriendo en el océano para que vaya de la mano con acciones, tengamos presente que hay muchas consecuencias de las que aún no tenemos información.