Un total de 62 países -entre los que se encuentra la Argentina- ya adoptaron políticas de mejores prácticas para abordar el problema de las grasas trans, pero todavía hay 5.000 millones de personas viviendo en áreas sin protección contra estas sustancias que aumentan el riesgo de muerte, según un informe de la OMS.
Hay dos alternativas de políticas de mejores prácticas en materia de eliminación de grasas trans: "límite nacional obligatorio de 2 gramos de grasas trans producidas industrialmente por 100 gramos de grasa total en todos los alimentos; y prohibición nacional obligatoria de la producción o el uso de aceites parcialmente hidrogenados (una fuente importante de grasas trans) como ingrediente en todos los alimentos".
Las grasas trans se encuentran comúnmente en alimentos
envasados, productos horneados, aceites de cocina y productos para untar; y su
ingesta es responsable de hasta 500.000 muertes prematuras por enfermedad
coronaria cada año en todo el mundo.
9 de los 16 países con la proporción estimada más alta de
muertes por enfermedades coronarias causadas por el consumo de grasas trans no
cuentan con una política de mejores prácticas: Australia, Azerbaiyán, Bután,
Ecuador, Egipto, Irán, Nepal, Pakistán y República de Corea.
Si bien la mayoría de las políticas de eliminación de grasas trans hasta la fecha se han implementado en países de ingresos altos, un número creciente de países de ingresos medios están implementando o adoptando estas políticas, como es el caso de la Argentina pero también de Bangladesh, India, Paraguay, Filipinas y Ucrania.
Por su parte, la Argentina aprobó en 2022 una política
similar a la uruguaya que entrará en vigor en 2024.
La propuesta aprobada otorga un plazo de dos años para
adecuación de los alimentos al límite establecido de 2% de ácidos grasos trans,
tres años para la adecuación de los ingredientes y materias primas al límite
establecido de 2% de ácidos grasos trans y cuatro años para la eliminación del
uso de aceites y grasas parcialmente hidrogenadas en la industria alimentaria.
Según estimaciones de la OMS, esta reforma evitará más de
2000 muertes prevenibles al año, cinco veces más que la regulación original.