Miles de almas disfrutaron de la inagotable catarata de
éxitos firmados por Jagger/Richards por algo más de dos horas condimentadas por
ese incomparable tornado de rock and roll stoniano. Aún con la ausencia del
inolvidable Charlie Watts, Mick, Keith y Ronnie Wood armaron un banquete de
antología en el que no faltaron las sorpresas, los esperados temas de culto,
alguna versión y los clásicos de siempre.
La velada fue una fiesta conmovedora de comienzo a fin.
Desde las emotivas imágenes y el sonido inconfundible de batería del memorable
Charlie Watts que dio pie a la aparición de la banda con los sanguíneos acordes
de "Get Of Off My Cloud", hasta el riff final y asesino de "Satisfaction".
La escenografía es simple, pero sugestiva y colorida: una
pantalla gigante al centro y dos a cada costado y misma configuración para las
pasarelas. Contiene además dos pantallas pequeñas con lenguaje de señas y un
arbol gigante del lado izquierdo, señal inequívoca que están en el parque.
El espectáculo llega a su fin luego de más de dos horas invadidas de clásicos y condimentadas de calor y emoción.
Los Stones continuarán rodando por más con su histórico
manual rockero, regalando una nueva página de ese libro infinito de sabiduría y
plagado del más genuino, tradicional y letal rock and roll.