Según el documento, en casi todos los territorios en los
que existen estadísticas disponibles, las olas de calor constituyen el peligro
meteorológico más mortífero, un fenómeno que se volverá cada vez más letal a
medida que se acentúe el cambio climático.
Provocaron algunas de las catástrofes más mortíferas jamás registradas, como en 2003 en Europa, cuando murieron más de 70.000 personas, o en 2010 en Rusia, cuando se reportaron más de 55.000 muertes.
Podrían alcanzar y superar los límites fisiológicos y
sociales de los humanos en las próximas décadas, sobre todo en regiones
como el norte de África y el sur y el suroeste de Asia, informaron la ONU y la
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
(FICR) en un informe conjunto.
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"Las tasas de mortalidad vinculadas con el calor extremo serán muy altas, comparables, en magnitud, con todos los cánceres para finales de siglo", señaló la investigación. |
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Este reporte sobre los fenómenos de calor extremo se da a
conocer a menos de un mes de la conferencia anual sobre cambio
climático (COP27), que se celebrará en noviembre en Egipto.