Una vez que el helicóptero se separe de Perseverance, el rover debe alejarse unos cinco metros para no hacerle sombra, lo que le llevará aproximadamente 25 horas. El helicóptero necesitará del sol para abastecer de energía sus paneles solares, y así poder sobrevivir calentándose durante las heladas noches marcianas.
El rover se colocará entonces en un punto de observación para captar la destreza del aparato con sus cámaras. Están previstos hasta cinco vuelos de dificultad gradual, repartidos en un mes.
Compuesto por cuatro pies, un cuerpo y dos hélices superpuestas, Ingenuity pesa solo 1,8 kilos y mide 1,2 metros de un extremo a otro de la hélice. El programa para este helicóptero le costó a la NASA alrededor de 85 millones de dólares.
En el futuro, estos aparatos podrían resultar cruciales para la exploración de planetas, pudiendo llegar allí donde los rovers no pueden, como por ejemplo los cañones.
La agencia espacial estadounidense trabaja en otro proyecto de vehículo volador, en el marco de la misión Dragonfly, que enviará en 2026 un drone hacia la luna más grande de Saturno, Titan, adonde debe llegar en 2034.
Hubo otras experiencias de vuelo de aparatos no motorizados en otro planeta, recordó la NASA, con el envío en 1985 de globos sonda a Venus con el programa Vega, una colaboración entre la ex URSS y otros países.
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