Así, un ciudadano de un país extranjero que desee ingresar a Georgia a largo plazo deberá completar un formulario de solicitud obligatorio disponible en la web del gobierno de ese país y obtener la confirmación preliminar requerida para cruzar la frontera e ingresar al país.
Además, deben demostrar que tienen la capacidad financiera para pagar impuestos mientras permanecen allí y deben tener un salario mínimo mensual de USD 2.000.
Después de completar y enviar la solicitud, si un extranjero obtiene permiso para viajar y trabajar desde Georgia, debe someterse a una cuarentena obligatoria de 12 días en el hotel por su cuenta. Después de la cuarentena, se someterá a una prueba de PCR y, si no hay signos evidentes de coronavirus, podrá permanecer en el país.
Además, un extranjero debe tener un seguro médico por el tiempo que va a pasar en Georgia.
El objetivo que busca el gobierno georgiano es que se radiquen en su país la mayor cantidad posible de extranjeros que no sólo aporten al fisco local sino que aumenten el mercado interno y, además, incentiven el turismo.
Georgia es un país que luego de su pasado comunista se volcó a la democracia e introdujo reformas económicas que le dieron impulso.
A pesar del daño que la economía doméstica sufrió por una guerra civil, con la ayuda del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, el país logró avances económicos sustanciales desde 1995. Incrementó el ritmo del crecimiento del producto interior bruto y redujo la inflación, pero se trata de una economía que continúa experimentando un gran déficit presupuestario debido a la imposibilidad de obtener ingresos fiscales por impuestos.
Hoy, sus actividades económicas más importantes son los cultivos de uva, frutas cítricas y nueces, minería de manganeso, cobre y oro, una pequeña industria que produce bebidas con y sin alcohol, metales, máquinas y productos químicos. El país importa casi todo el petróleo y gas natural que necesita.
Fuente Infobae