Cada 17 de marzo, millones de personas alrededor del mundo
celebran el Día de San Patricio. La efeméride es una clásica celebración de la
cultura irlandesa, que tiene como protagonista el color verde y el famoso
trébol como símbolo nacional. En Argentina, como dato curioso, se encuentra la
quinta comunidad irlandesa más grande del mundo, la mayor en una región que no
habla inglés.
El santo fue un misionero católico y predicador nacido en
Escocia a finales del siglo IV, quien llegó a Irlanda luego de escapar de la
esclavitud y allí fue donde inició su recorrido religioso. La tradición cuenta
que utilizó el "Shamrock", famoso trébol de tres hojas, para explicar la Santísima
Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y se convirtió así en uno de los
símbolos de la iglesia católica irlandesa.
Según dice la leyenda, luego de haber fundado la primera
iglesia y haber realizado varios milagros, San Patricio comenzó a ganar adeptos
muy rápidamente. Ante esta situación, los sacerdotes paganos enviaron un
ejército de duendes a molestar e impedir el rezo de los nuevos feligreses. San
Patricio les hizo frente y con las palabras "en nombre de Dios Todopoderoso, yo
los expulso, espíritus impuros", logró desterrarlos y terminar con sus
amenazas.
Por este motivo, la imagen de San Patricio es también
utilizada hasta el día de hoy como protección ante estos legendarios
personajes. La anécdota cómica de la celebración es que se dice que todos los
17 de marzo los duendes salen de sus escondites para ejecutar travesuras y todo
tipo de fechorías.
La Argentina posee la quinta comunidad irlandesa más grande,
en gran medida gracias a la importante inmigración irlandesa y celta a inicios
del siglo XX. El país incorporó así la cultura, gastronomía y costumbres
irlandesas. Se calcula que para 1869 había 5.246 irlandeses radicados en la
Provincia de Buenos Aires y que, en el transcurso de todo el siglo XIX,
llegaron alrededor de 20 mil. Hoy en día, se estima que los descendientes de
irlandeses en la Argentina llegan a 150.000.
En nuestra región, se realizan grandes festividades en
calles y parques de ciudades como Buenos Aires. Más allá de la comunidad,
muchos otros se suman a los festejos verdes, y viven esta fecha como la
oportunidad para reunirse y celebrar con amigos.