El martes y miércoles fueron días de intensa lluvia en la ciudad de Bahía Blanca y para los trabajadores que tienen que utilizar el medio de transporte público también fue una jornada desapacible. Las garitas para proteger a las personas de las inclemencias climáticas quedaron expuestas de manera evidente.
Techos cortos, falta de protección en los laterales, tamaño reducido y la poca previsibilidad a la hora de solo pensar en cuestiones superfluas como la carga de celulares, que no tienen nada que ver con el objetivo final del lugar.
Las garitas son para proteger a los ciudadanos bahienses de un clima frio en invierno que, generalmente está acompañado de viento. Estas cuestiones no fueron tomadas en cuenta a la hora de colocar los lugares para esperar los colectivos. El resultado de un poco de agua, es gente empapada de arriba abajo y la inviabilidad de algo que tiene que ser un servicio para la gente.
A la hora de consultar a los y las bahienses, la respuesta fue obvia: un 65% llegó mojado al trabajo o a su casa. La gente pide resultados y no belleza o estética a la hora de los servicios públicos.