Esto supone una serie de retos para que este crecimiento sea sostenible:
sociales y medioambientales. Con un envejecimiento poblacional cada vez más
acuciante, la esperanza de rejuvenecimiento está en África, el único continente
que no tiene estancada la natalidad.
En los años 60 el planeta experimentó su crecimiento
más importante. Aumentaba a un 2,2%, pero ahora la cifra está por debajo del
1,1% y en la última década se han sumado 1.000 millones.
La ONU espera que África sea el único continente que siga
creciendo, duplique su población y llegue a los 2.500 millones en 2050. Por el
momento, el año que viene India pasará a China como país más poblado del mundo.
El problema del futuro de la población es el envejecimiento
y la disminución por las bajas tasas de fecundidad que ya afecta a países en
vías de desarrollo.
El cambio climático y la degradación medioambiental también
están generando desplazamientos de personas. Es el caso de Vanuatu (Oceanía).
También países de centro América se están viendo afectados por la sequía. O en
Bangladesh, donde su medio de subsistencia es la agricultura y como
consecuencia de los cambios climáticos desaparece ese medio de vida. Y todas
estas situaciones pueden ocurrir cada vez más, teniendo en cuenta el nivel poblacional evidenciado.
El incremento de personas hoy se distribuye en
megaciudades, que simbolizan asentamientos insostenibles porque son
grandes consumidores de recursos y también excretores de residuos.
Se cree que la Tierra tiene recursos naturales limitados y
también que más población significa mayor agresión ambiental.