El hielo de la península de la Antártida, en el extremo sur
del continente americano, está acelerando su movimiento hacia el mar en un 22%
debido a las aguas oceánicas más cálidas y al derretimiento de la nieve.
Así lo advierte una investigación de la Universidad
Británica de Leeds, publicada en la revista Nature Geoscience y basada en datos
de los satélites Sentinel-1, del programa europeo Copernicus de la Agencia
Espacial Europea (ESA), del que participa Italia, y de la Comisión Europea.
La península de la Antártida es una fina franja de tierra
que se desprende del resto del continente alrededor de 1.000 kilómetros hacia
la punta extrema de Sudamérica, con montañas que alcanzan incluso los 2.800
metros de altura.
Desprendimiento de hielo en Antártida
A pesar de que la península alberga varias bases de
investigación a lo largo de las costas, los análisis de campo de los glaciares
más interiores fueron hasta ahora muy limitados de la conformación imperfecta
del territorio, pero hay nuevos datos disponibles gracias a los satélites.
Al analizar unas 10 mil imágenes de satélite, en particular
las de radar tomadas por los satélites Sentinel-1, los investigadores lograron
estimar la velocidad de deslizamiento hacia el mar de los glaciares de toda la
península.
Los científicos estimaron que entre 1992 y 2017 la
disolución del hielo contribuyó al aumento de los mares en 7,6 milímetros.
Así surgió que el hielo se desliza un 22% más rápido durante
la temporada de calor, tanto por las temperaturas más altas del mar como por el
derretimiento de la nieve, que forma una especie de cojinete líquido bajo el
glaciar que lo hace deslizarse más rápido.