Hablamos con el escritor Patricio Chaija que nos presentó su último trabajo literario y los proyectos en los que está involucrados.
El horror de Providence, es un libro que ya venía trabajando. El año pasado en pandemia estaba escribiendo otro material que verá la luz en algún momento.
Está ambientado en una ciudad de Estados Unidos y el argumento tiene que ver con una reunión de escritores famosos que están en un lugar luego de una tragedia que les tocó desde el lado personal. En medio de eso, las historias de terror de estos autores van siendo narradas ligadas a una amenaza exterior que va por ellos.
La repercusión es muy buena, estoy atravesando un momento muy bueno. El libro se puede conseguir en las librerías locales o directamente en mis redes sociales donde directamente lo acerco yo con dedicatoria y señalador de regalo.
A partir de lo que paso el año pasado me di cuenta de la importancia del contacto con la gente y pese a que soy una persona muy tímida me he dado cuenta de lo que extraño el contacto con la gente y mis alumnos.
Fue muy productivo el tiempo en pandemia para mi, me aboqué como nunca a la escritura y a la lectura, por lo que romí con mi dinámica personal al escribir en invierno. Terminé la segunda parte de una historia de vampiros que todavía no vio la luz, pero por suerte ya lo tengo avanzado.
Los dos primeros libros que hablan de este vampiro que anda dando vueltas por Bahía Blanca y nosotros no somos conscientes de su presencia.
La relación con las editoriales es complicada, porque si no te conocen nadie viene a darte una mano, a partir de que uno publica se hace visible y de esta manera se abren puertas. En este momento estoy trabajando con una editorial de Buenos Aires y realmente me siento muy cómodo con ellos.
He publicado 12 libros y tengo mucho material acumulado que ya está terminado y que en algún momento se publicarán.
Soy muy disciplinado a la hora de ponerme a escribir. En jornadas durante la cuarentena pude llegar a un nivel de producción muy alto. Tuve días en que escribí 20 páginas, que es una locura, pero pude mantener continuidad lo que me llevó a terminar una novela de 700 páginas.