Parafraseando al arquitecto Rodolfo Livingston no puedo salvar al mundo pero si puedo dar respuesta a lo que nos compete. Y es así de simple, la calidad de vida de los espacios se la da el diseño arquitectónico, el verdadero, el que piensa constructivamente sabiendo que el tipo de material y su aislación mejoran los espacios, el que piensa conociendo que el sitio donde se construye nos proporciona la fuente de vida para nuestros ambientes que es el sol (un ambiente es digno de tener calidad interior si en verano se protege y en invierno capta el sol). Un diseño que toma de los maestros los conceptos clásicos y los adapta a nuestra idiosincrasia. Un diseño sustentable que nos permita vivir en condiciones dignas espaciales.
La frutilla del postre: Si además de utilizar los conceptos de sustentabilidad que antes mencionamos agregamos mejoras y esas mejoras nosotros si estamos dispuestos a realizarlas el producto aumenta su calidad. Por ejemplo, si al buen diseño sustentable agregamos tecnología renovable damos ese plus que por sí solo no alcanza pero el combo es altamente eficiente. Sintetizando. Las viviendas o espacios bien diseñados con agregados de tecnologías de energías renovables son el combo al que todo ser humano debería aspirar.
Ambito Financiero