El comité de la "Operación Golden Orb", que está a
cargo la planificación de la ceremonia, estima que el evento podría costar
alrededor de casi US$ 125 millones, a pesar de que se elaboró una lista de
invitados de alrededor de 2.000 personas.
En 1937, después de la gran crisis de la abdicación del rey
Eduardo VIII, la coronación de Jorge VI costó más de 454.000 libras esterlinas,
lo que equivale a US$ 31 millones en 2023.
En 1953, Gran Bretaña se estaba recuperando de la Segunda
Guerra Mundial, con el racionamiento de alimentos aún vigente, pero el gobierno
de Winston Churchill gastó US$ 20 millones en la coronación de la joven reina
Isabel II.
"En dinero de hoy, la coronación de 1953 costó
alrededor de US$ 63 millones, pero las estimaciones para el rey Carlos son el
doble debido a cosas como la seguridad, que no eran un problema tan importante
en ese entonces", dijo una fuente del palacio.
La misma persona advirtió, sin embargo, que "los
derechos de televisión en todo el mundo cubrirán con creces el costo y será un
gran impulso para el turismo". "Ya se están reservando hoteles para
el fin de semana de la coronación", destacó.
Para mostrar al mundo una coronación más moderna e
inclusiva, la mayoría de los nobles británicos no fueron invitados. Estos solían
asistir vestidos con togas de coronación y coronas, pero se vieron afectados
por el deseo de Carlos III de que la lista de invitados fuera
"meritocrática y no aristocrática".
Por tratarse de una ceremonia "de Estado", la coronación de
Carlos y Camilla será pagada por el Gobierno, con dinero de los contribuyentes,
algo que molesta a muchos en plena crisis económica.
El ministro de la Oficina del Gabinete, Oliver Dowden, dijo
semanas atrás que el rey y el gobierno son "conscientes de garantizar que
haya valor para el contribuyente". No habrá "prodigalidad ni
exceso", pero explicó que los gastos "siempre" corren a cargo de
las arcas públicas.