Transpirar solía ser tabú: ¿recuerdas cuando las mujeres solían afirmar que no sudaban, sino que resplandecían? Pero si observas cualquier sitio de moda o belleza, verás que sudar está de moda, al menos si lo haces en el gimnasio. Desde las saunas de infrarrojos hasta el hot yoga (yoga caliente) (en el que se incluye el Bikram yoga), las actividades en las que se empapa la toalla se promocionan no solo como herramientas de relajación, sino también como formas de mantenerse sano eliminando las toxinas del cuerpo.
Lástima que no se pueda sudar para eliminar las toxinas más de lo que se puede sudar para fabricar oro. Transpiramos principalmente para refrescarnos, no para excretar residuos o sustancias tóxicas. Para eso están los riñones y el hígado.
Por supuesto, a menudo hay algo de verdad en el origen de un mito, y la desintoxicación del sudor no es una excepción. Aunque el sudor se compone principalmente de agua, puede contener trazas de cientos de sustancias, algunas de ellas tóxicas.
"Siempre hay que preguntarse cuánto", afirma el químico Joe Schwarcz. "Cuando analizas el sudor, puedes encontrar muchas sustancias, [pero] la presencia de una sustancia química no puede equipararse con la presencia de un riesgo".
Schwarcz dirige la Oficina para la Ciecia y la Sociedad de
la Universidad McGill (Canadá), que desmonta mitos científicos; el grupo recibe
un aluvión de preguntas sobre estafas y charlatanerías médicas, incluidas
muchas que prometen "desintoxicar" el organismo. "Este tipo de
técnicas detox en redes sociales u otros medios suelen ser tonterías",
destaca Schwarcz.
¿Pero es tóxico el sudor?
La mayoría de los productos "detox" y los planes dietéticos son bastante imprecisos en cuanto a las toxinas de las que debemos deshacernos. ¿Pesticidas? ¿Metales? ¿Lo que sea que compone el queso procesado? Sean lo que sean, las toxinas suenan desagradables y queremos eliminarlas. Y como no podemos verlas, es bastante fácil convencer a la gente de que ayunar, beber cosas verdes o sudar mucho lo conseguirá.
Pero si tenemos en cuenta cómo se acumulan realmente las sustancias tóxicas en nuestro interior y los medios que tiene el cuerpo para deshacerse de ellas, nos daremos cuenta de que la mayoría de los planes de eliminación de toxinas carecen de sentido.
Para empezar, el tipo de sudor que producimos cuando tenemos calor o hacemos ejercicio proviene de las glándulas ecrinas. Hay unos tres millones de ellas por todo el cuerpo. Como producimos este sudor para enfriarnos, es lógico que esté compuesto en más de un 99% de agua. En esa agua hay disueltas pequeñas cantidades de minerales como el sodio y el calcio, además de pequeñas cantidades de diversas proteínas, ácido láctico y urea.
La urea (que se produce en el hígado al descomponer las
proteínas de los alimentos) es un producto de desecho, por lo que es cierto que
el sudor elimina una pequeña cantidad del organismo. Pero este proceso solo
desempeña un papel secundario en los sistemas de eliminación de residuos de
nuestro organismo; en su mayor parte, los riñones se encargan del trabajo
pesado, y la mayor parte de la urea que sale del cuerpo lo hace a través de la
orina. Solo si los riñones fallan, el sudor se convierte en un medio importante
para que el cuerpo se deshaga de ese producto de desecho concreto.
Qué importancia tienen las toxinas artificiales en tu cuerpo
En cuanto a los contaminantes artificiales, los niveles encontrados en el sudor son tan bajos que esencialmente no tienen sentido, dice Pascal Imbeault, quien dirigió un estudio de 2018 en el que se calculaban estos niveles. Como fisiólogo del ejercicio en la Universidad de Ottawa en Canadá, Imbeault estudia la grasa (específicamente, lo que sucede con los contaminantes almacenados en la grasa corporal). Conocidos como contaminantes orgánicos persistentes, estos incluyen pesticidas, retardantes de llama y bifenilos policlorados, o BPCs, que han sido prohibidos pero todavía se encuentran en el medio ambiente.
Son el tipo de sustancias químicas que mucha gente considera "toxinas" en los alimentos y el medio ambiente. Pero, como señala Imbeault, ni siquiera ese término es del todo correcto: las toxinas son sustancias nocivas producidas por organismos vivos como plantas, animales o bacterias; las sustancias tóxicas producidas por el hombre se denominan tóxicos.
Se llamen como se llamen, una de las razones por las que no se encuentran niveles elevados de contaminantes orgánicos persistentes en el sudor se reduce a la química básica: el sudor está compuesto principalmente de agua, y estas sustancias amantes de la grasa no se disuelven bien en ella (por eso decimos que las personas que no se llevan bien son "como el agua y el aceite"; no se mezclan).
Imbeault y sus colegas descubrieron que una persona que haga 45 minutos de ejercicio de alta intensidad puede sudar un total de dos litros al día (incluida la transpiración normal de fondo) y todo ese sudor contendría menos de una décima parte de un nanogramo de estos contaminantes.
Para ponerlo en perspectiva: "La cantidad presente en el sudor es el 0.02% de lo que se ingiere cada día con una dieta normal", afirma Imbeault. Si realmente te esfuerzas en tu régimen de ejercicio, podrías liberar hasta un 0.04% de tu ingesta diaria media de contaminantes. En otras palabras, no hay forma de que sudes lo suficiente como para deshacerte ni siquiera del 1% de la ínfima cantidad que ingerirás en tu comida ese día.
Hay que tener en cuenta que, para empezar, los niveles de
pesticidas y otros contaminantes en el organismo de la mayoría de las personas
son extremadamente bajos. Es un testimonio de la química analítica que podamos
detectar un compuesto hasta en partes por billón, señala Schwarcz. Pero eso no
significa que sea nocivo en esa concentración, ni que su reducción gradual
tenga algún efecto sobre la salud.
¿Qué se puede hacer contra estos contaminantes?
El sudor contiene pequeñas cantidades de metales pesados como el plomo y el bisfenol A (BPA) contenidos en los plásticos, ya que estos contaminantes se disuelven más fácilmente en el agua de lo que lo hacen los amantes de la grasa. Pero, de nuevo, la cantidad eliminada por el sudor es relativamente baja, y como el BPA se elimina mucho más a través de la orina que a través del sudor, es más probable que te deshagas de esa sustancia química en el inodoro que en la sauna.
Tampoco es que tengas que empezar a beber litros y litros de agua. En su lugar, la mejor forma de reducir la exposición al BPA es evitar comer y beber de recipientes fabricados con dicho material, según los investigadores del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Medioambiental de Estados Unidos.
Del mismo modo, si te preocupan los pesticidas y otros
contaminantes presentes en los alimentos, es mejor evitarlos desde el principio
que intentar eliminarlos después. Y para ayudar a filtrar lo que ingieres,
puedes mantener los riñones sanos evitando el tabaco, la hipertensión y el
consumo excesivo de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el
ibuprofeno. La deshidratación también afecta a los riñones, por lo que,
irónicamente, sudar mucho sin beber suficiente agua podría perjudicar la
capacidad del organismo para depurarse.
Cuál es la mejor técnica detox y por qué lleva tiempo
Por mucho que nos guste una solución rápida, lo mejor que podemos hacer es llevar un estilo de vida sano. Aunque sea aburrido. Sin embargo, nada de esto ha frenado la creciente industria de la desintoxicación mediante el sudor, que ahora también promociona las saunas de infrarrojos que utilizan luz en lugar de calefactores eléctricos o vapor para generar calor.
El uso de la sauna se ha relacionado con una mejor salud cardiovascular, posiblemente porque cuando tenemos calor, nuestro corazón late más deprisa, como en el ejercicio moderado. Pero ninguna ciencia creíble demuestra que las saunas, de infrarrojos o de otro tipo, puedan limpiarnos de toxinas.
La sudoterapia también puede ser peligrosa si se lleva demasiado lejos. Para empezar, la mayoría de la gente no debería permanecer en una sauna más de 10 minutos seguidos, según el Colegio Americano de Medicina Deportiva.
Y como la mayoría de las cosas, que un poco sea bueno no significa que más sea mejor. En 2011, un gurú de la autoayuda en Arizona (Estados Unidos) fue condenado por tres cargos de homicidio por negligencia cuando tres personas murieron después de una ceremonia de dos horas en un albergue de sudor. Ese mismo año, una mujer de 35 años murió en Quebec (Canadá) después de que un tratamiento detox en un spa la cubriera de barro, la envolviera en plástico y le pusiera una caja de cartón en la cabeza. Estuvo tumbada bajo mantas durante nueve horas, sudando. Horas después del tratamiento, murió de sobrecalentamiento extremo.
"Es la vieja historia de querer dar una solución sencilla a un problema complejo", dice Schwarcz. "La esperanza es muy valiosa, pero algunos la utilizan para vender locuras a personas vulnerables".
De hecho, la inmensa industria del bienestar hace casi imposible clasificar todos los reclamos de dietas, píldoras y regímenes de ejercicio que prometen limpiarte, reafirmarte o hacer que tu piel resplandezca. ¿Quién no quiere encontrar ese "truco raro" para adelgazar o no perder el pelo, o lo que sea que prometa el clickbait de turno?
Lástima que no haya un truco raro para eliminar los contaminantes ambientales. Pero aún puedes sentirte bien yendo al gimnasio y sudando por el ejercicio. Puede que a la persona que va en la cinta después de ti no le guste tu sudor. Pero tu corazón te lo agradecerá