El estudio para su proyecto, exploró esta artesanía centenaria. Para esto hizo un estudio que incluyó revisar la historia donde comunidades ancestrales usaron métodos parecidos. Por lo que la sabiduría ancestral vuelve a la palestra.
La fabricación de los moldes se proporcionan a los cultivadores que lo colocan en la planta en el espacio donde va a tener su desarrollo. Esto debe colocarse cuando se empieza a ver la pequeña calabaza.
Una vez secas las calabazas su fuerte piel exterior y la fibra en su carne interior se vuelven impermeables. Listas para darle un uso sostenible. Actualmente se está explorando métodos novedosos para darle una producción en masa.
Por citar una alternativa, CRÈME está explorando utilizar una lente moderna para crear un producto que pueda ser producido en masa. Mediante el uso de moldes impresos en 3D, pueden convertir las calabazas en formas funcionales personalizables, como tazas y frascos.
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