El deshielo del permafrost como consecuencia del cambio
climático (suelo permanentemente congelado que cubre una cuarta parte del
hemisferio norte) podría revivir antiguos virus, advierte una reciente
investigación publicada en febrero de 2023 en la revista Viruses.
En el artículo Una actualización sobre los virus eucariotas
revividos del antiguo permafrost los investigadores señalan que, debido al
calentamiento global, el deshielo del permafrost está liberando materia
orgánica congelada por hasta un millón de años, la mayor parte de la cual se
descompone en dióxido de carbono y metano, lo que aumenta aún más el efecto
invernadero.
"Parte de esta materia orgánica también consiste en
microbios celulares revividos (procariotas, eucariotas unicelulares) así como
virus que han permanecido latentes desde tiempos prehistóricos", alerta el
documento.
Al respecto, los autores resaltan que la liberación física y
la reactivación de bacterias que han permanecido en criptobiosis (un estado
temporal en un organismo en el que la actividad metabólica está ausente o es
indetectable) atrapadas en permafrost profundo aisladas de la superficie de la
Tierra por hasta dos millones de años representa una preocupación de salud
pública por la posible aparición de "virus zombies".
En este estudio, los investigadores analizaron cepas de
virus antiguos tomando siete muestras diferentes de permafrost de Siberia y
concluyeron que esos grandes virus de ADN fueron capaces de infectar a la ameba
Acanthamoeba spp que tomaron como huésped (la elección tuvo el objetivo de
evitar riesgos para cultivos, animales o humanos) después de más de 48 500 años
en permafrost profundo.
"Por lo tanto, es legítimo reflexionar sobre el riesgo de
que las antiguas partículas virales sigan siendo infecciosas y vuelvan a
circular por la descongelación de las antiguas capas de permafrost", destaca el
escrito.
Por último, los investigadores consideran que los resultados obtenidos pueden extrapolarse a muchos otros virus de ADN capaces de infectar a humanos o animales. "Así pues, es probable que el permafrost antiguo (eventualmente mucho más antiguo que 50000 años) libere estos virus desconocidos al descongelarse".
Asimismo, reconocen que todavía es imposible estimar cuánto
tiempo podrían seguir siendo infecciosos estos virus una vez expuestos a las
condiciones exteriores (luz ultravioleta, oxígeno y calor) y qué probabilidades
tendrían de encontrar e infectar a un huésped adecuado en el intervalo.
Aunque "el riesgo está destinado a aumentar en el contexto
del calentamiento global, en el que el deshielo del permafrost seguirá
acelerándose, y más personas poblarán el Ártico a raíz del desarrollo de
empresas industriales", finaliza el artículo.