"A quienes todavía insisten en esos delitos ambientales, (les advertimos) que el estado brasileño entrará con fuerza total a la Amazonía", aseguró por su parte el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Anderson Torres.
Bolsonaro asumió el poder en enero de 2019 con un fuerte discurso antiambientalista y es acusado por oenegés, el movimiento indígena y opositores de debilitar los mecanismos de control ambiental.
Entre agosto de 2018 y julio de 2019, el área deforestada en la Amazonía fue de 10.129 km2, un aumento de 34% respecto al año móvil anterior, según los datos del sistema PRODES.
En el período siguiente (2019-2020), se perdieron 10.851 km2, un alza de 7%, pese al envío de costosas operaciones militares a la selva para controlar las actividades ilícitas durante los períodos más intensos de deforestación e incendios en la Amazonía.
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