Las piruetas sobre el 'skate' que convirtieron a Rayssa Leal en la medallista olímpica más joven de la historia de Brasil empujaron a niñas y adolescentes a las pistas del país, donde hasta hace poco eran la excepción.
En el estreno de la disciplina en Tokio-2020, Rayssa se lució en cada ángulo del recorrido para bañar de plata el trabajoso camino del skate femenino en el país. "Si estoy aquí hoy es porque el skate brasileño tiene historia", escribió ese día en Instagram la joven de 13 años, nacida en Maranhao (noreste).
Apodada 'Fadinha' (Hadita) por un video viral en el que disfrazada hacía maniobras de experto a los 7 años, Rayssa fue una de las seis mujeres del equipo 'verdeamarelo' que le dio presente y futuro a esa historia e inspiró a muchas jóvenes.
"Casi lloré (...) ver ganar una medalla a una chica de 13 años como yo es algo inesperado", dice a la AFP Giovanna Alves Farias, en la pista de Sao Bernardo do Campo, en la zona metropolitana de Sao Paulo, adonde se aventuró recientemente.
"Después de ver las Olimpíadas miré a mi papá y le dije: 'Vamos'".
- "Misión cumplida" -
Sobre las ondulaciones y ollas de la pista, otras niñas buscan tomar confianza en sus rodadas.
Ana Clara Agostinni empezó a entrenar hace tiempo sobre las ruedas de su padre, pero tras los Juegos lo hace con mayor dedicación. "Pienso en cómo sería participar en las Olimpíadas y vengo a entrenar", dice.
Protegida con casco y muñequeras, esta joven de 12 años disfruta de la adrenalina que le ofrece este deporte: "Me gusta sentir la velocidad, alcanzar más altura, y ahí voy tomando coraje e intentando hacer algunos giros y trucos".
También las hay muy jóvenes, como Júlia de Souza Lima Martins, de 8 años, que anda de acá para allá haciendo pruebas.
"Mi tía grabó videos (de los Juegos), los miré con atención y empecé a intentar algunos trucos", dice.
La presencia de estas chicas en la pista supone una "misión cumplida", dice Dora Varella, otra de las representantes brasileñas de Tokio.
"Cuando volvimos, vimos que el skate había tenido un boom; en algunas pistas ya hay más chicas que chicos. Eso fue lo mejor de las Olimpíadas", celebra la joven, de 20 años.
Cuando empezó, a los 10, Varella era un caso inhabitual. "Pero nunca me sentí avergonzada, porque llegaba a la pista y todo el mundo estaba ahí por un amor común. Tengas 5 o 40 años, seas hombre o mujer, siempre vas a ser tratado igual", asegura.
- Un pasado no tan fácil -