A raíz de un reciente secuestro de artículos falsificados,
la Policía Federal e instituciones médicas alertaron sobre el peligro de
comprar artículos hechos con acero inoxidable no apto para el contacto con
alimentos. La lista de potenciales afectaciones a la salud es larga e
inquietante
Los termos de acero inoxidable Stanley están de moda, la
marca es estadounidense, de Seattle, aunque se fabrican bajo licencia en China.
Así y todo, se trata de los "originales" que en principio gozan de
certificación sobre el grado alimenticio de los materiales. Pero los hay
también "truchos", sin esa garantía. A raíz de un reciente decomiso de
artículos falsificados, la Policía Federal y algunas instituciones médicas
alertaron sobre los riesgos de los mismos, que no tienen la autorización
correspondiente de la Anmat. La lista de potenciales daños a la salud es larga
y preocupante: desde alteraciones del crecimiento y en el coeficiente intelectual
para los niños, hasta impotencia sexual y disfunción renal en adultos.
La división Antifraude de la Policía Federal Argentina (PFA)
allanó un depósito y local comercial del barrio porteño de Villa Urquiza donde
secuestró más de 120 termos y 110 mates falsificados de la reconocida marca,
entre otra mercadería que puede presentar "riesgos de salud y de seguridad
porque son fabricados con aceros no aptos para contacto con alimentos",
informaron fuentes policiales.
"Los consumidores que adquieren productos falsificados están
expuestos a potenciales riesgos de salud y de seguridad porque son fabricados
con aceros no aptos para contacto con alimentos y presentan además, impurezas
en su composición", sostiene un informe de PFA que se difundió este miércoles.
El aviso explica que esto se debe a que el material con el
que están fabricados, un tipo de acero inoxidable no apto para el contacto con
alimentos, "es poco resistente a la corrosión que produce el agua caliente",
por lo que estos termos y mates se encuentran prohibidos por la legislación
nacional, la normativa del Mercosur y el Código Alimentario de la Argentina.
De acuerdo con un informe técnico elaborado por la jefa de
la Unidad de Toxicología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, Elda Cargnel, "en los chicos, el uso continuo de los termos «truchos» puede producir déficit
de atención, retardos en el lenguaje, alteraciones del crecimiento y en el
coeficiente intelectual, además de problemas digestivos".
En los adultos, agregó la especialista, "puede ocasionar
hipertensión, falta de fuerza muscular, parálisis, cólico saturnino, impotencia
sexual y disfunción renal".
PFA informó que los artículos Stanley originales tienen una
etiqueta que contiene la autorización de la Administración Nacional de
Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) y del Instituto Nacional de
Alimentos (INAL), mientras en la base de los artículos están los datos de
manufactura, etiqueta de AFIP de importación y la etiqueta con los datos del
importador "como impresos en el metal".